7 etapas por las que pasas cuando emigras

En principio, soy fiel creyente de que las experiencias son diferentes para cada persona. También influye muchísimo tu disposición a los cambios, tu capacidad de adaptación y tu inteligencia emocional al momento de comenzar de cero en otro país.

Te comento esto como introducción, porque las fases que voy a describirte no son determinantes para todo el mundo, pero son el resultado de un año de experiencias compartidas con otros inmigrantes.

Es por ello que en esta publicación hablaré en primera persona, porque describiré los ciclos por los que atravesé en mi primer año en Madrid; muchos de los cuales ocurrieron simultáneamente.

Comenzaré por el final: Mi experiencia ha sido enriquecedora. Decido iniciar con esto porque siempre debes tener en cuenta que todo lo que decidas hacer será valioso para formarte como un ser humano más compasivo, humilde y menos prejuicioso. Esto, si quieres triunfar. Se soberbio y fracasarás.

Primera reflexión: Mantén la mente abierta y aférrate a tus valores. Lo que creías que podía ir mal, puede ir peor. También ocurre lo contrario, las cosas buenas pueden ser maravillosas

Vayamos al grano. Estas son las siete etapas por las que pasas cuando emigras:

 1.  EL TRES EN UNO (NEGACIÓN – INCREDULIDAD – CULPABILIDAD)

Cuando llegué a Madrid estuve en automático por dos semanas. Ya con haber pasado los últimos seis meses de mi vida «sacando papeles», buscando pasajes y saliendo del aeropuerto de mi propio país con la sensación de ser un criminal, fueron suficientes para hacerme dudar sobre mi verdadera presencia en España. ¿Esto está pasando?

Recuerdo que coincidí en fechas con la llegada de dos amigas y cuando nos encontramos en una conocida plaza de la ciudad, dijeron contentas: «¡Chamo, estamos todos juntos en Madrid!». Yo no podía hacer más que sonreír como Miss Filipinas cuando anunciaron que era la verdadera ganadora.

No me sentía «feliz» como estaban los demás que vivían lo mismo que yo. Lo único que pensaba era: «No sé cuando veré a mi familia otra vez»

Segunda reflexión: Sé fuerte. Vas a aprender el gran privilegio que es poder ver a tus padres todos los días, a tus hermanos, a tus sobrinos, a tu mascota.

El sentimiento de incredulidad llegó cuando entraba en los supermercados y todos los anaqueles tenían comida. No sólo eso, diferentes marcas también. Ahí comencé a preguntarme porqué algo tan básico como eso, no funcionaba en mi país.

A raíz de esto, el sentimiento de culpabilidad comenzó cuando compraba productos casi o totalmente extintos en Venezuela. Pensar en las penurias que mis papás pasaban por conseguir papel toilet, mientras que yo -con 2€- me llevaba 12 rollos del Mercadona. De esto aún soy consciente.

También aprendí a ser más AGRADECIDO. Creía que lo era, sólo que ahora lo tengo más presente.

 2.  ES QUE HABLO CHINO (CONFUSIÓN – INCERTIDUMBRE)

«Me voy a un país donde hablan castellano, eso me facilita las cosas». ¡Sorpresa! No lo hace.

No sé si yo hablaba para adentro o los nativos tenían los oídos tapados, pero siempre que ordenaba, preguntaba o decía algo, la primera respuesta del nacional era otra pregunta: ¿QUÉ? + EXPRESIÓN DE CONFUSIÓN

Ahí empezaba yo a transpirar porque no recordaba la palabra exacta para que me entendiera, más la presión de que aquí las personas te atienden tan rápido que tienes que tener claro lo que vas a ordenar cuando entras al local.

Olvídate de preguntarle al dependiente cuál es su recomendación. En 2011, cuando visité Londres, se me ocurrió preguntarle al Pakistaní que me atendía en el Upper Crust cuál sandwich me recomendaba. Me soltó un: «Todos son buenos» y se fue a atender a otra persona.

Tercera reflexión: Lo que parece un desplante o mala educación del nacional, puede serlo, pero debes estar claro que estás en una cultura diferente y debes adaptarte sin dejar de ser tu mismo

Me ocurría algo similar en las Instituciones Públicas. No entendían que en mi país se tardan meses en entregar un documento. Comprendí que eso de «dame chance que te lo traigo mañana», no cuela en estos países. Ahí surgía la incertidumbre de no saber si te aprobarían un permiso, la residencia, la renovación, etc.

Cuarta reflexión: No llegues al nuevo país pensando que alguien te puede contratar ilegal en un trabajo o que te den prorrogas para entregar un recaudo. Vete lo más legal posible y con mucha paciencia

 3.  NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO (FRUSTRACIÓN)

Ya han pasado unos meses, has probado comidas diferentes, fotografiado monumentos, visitado museos, conocido personas y también, gastado dinero. Has comenzado a enviar tu CV para las ofertas de trabajo que van acorde con tu profesión, experiencia, habilidad y aspiraciones. El teléfono no suena.

Comenzarás a verle las costuras al sistema. La actitud de las personas, su disposición para trabajar, las verdaderas oportunidades laborales, la cantidad de hombres y mujeres en las calles pidiendo dinero y/o comida. Esto último me causó impresión porque creía que en los paises desarrollados, esas cosas no pasaban.

Quinta reflexión: Descubrirás que el mundo es difícil en cualquier país. Mayor tecnología y creciente economía, no son sinónimos de que las personas con pocos recursos puedan surgir

Paralelamente, cuando me reunía con otros venezolanos, no parábamos de hablar sobre lo que habíamos dejado atrás. Se me mezclaban entonces los descubrimientos negativos, las añoranzas y la incomodidad de tener que hablar del mismo tema una y otra vez. Todo un cúmulo de emociones reaccionando al mismo tiempo.

Sexta reflexión: Si tu única motivación para emigrar es política, piénsatelo. Se necesita muchísimo más que un acto de rebeldía para sobrevivir en otro país

4.  LO QUE SUBE TIENE QUE BAJAR (DEPRESIÓN)

Esta etapa es algo compleja. Cada quien la vive de distintas maneras, pero hay ciertos comportamientos que se repiten: no querer salir de la cama, ver películas y series de tu infancia, no querer toparte con nadie para no explicar que aún no consigues trabajo y -además- que has aumentado tres kilos comiendo cualquier cosa rellena con Nutella.

Comienzas a dudar si tomaste la decisión correcta de venir a este país o quizás, a esta ciudad. Llevas unos meses soñando cosas locas. Creo que es la forma que tiene nuestro inconsciente de canalizar toda la información nueva + las expectativas + la realidad.

Séptima reflexión: Habla de tu estado de ánimo con otras personas que sean inmigrantes, aquellas en las que confíes. Te aseguro que casi todo el mundo pasa por esto y no se atreven a contarlo por orgullo o temor

Mi gran consejo es dejar fluir todas esas emociones. Vívelas. Hace años, cuando terminó mi primera relación amorosa, estaba mal. Una amiga me dijo: «Sufre y llora. No hay atajos para lo que sientes. Al final, estarás mejor».

Nunca he olvidado esas palabras. Eres humano y diste un paso para el cual no hay manera de prepararse. Es como tener un hijo. Podrás leer cientos de libros sobre paternidad y jamás será como la práctica.

5.  EL DILEMA DE VOLVER

La situación de no estar haciendo lo que querías hacer, de sentirte incompleto, no querer echar raíces por aquello de «capaz en otra ciudad/país me vaya mejor», te lleva a considerar que capaz la cosa no estaba tan mal en tu país después de todo (obviando guerras y/o temor de muerte). Paralelamente, piensas en otras naciones que brinden oportunidades.

Tu familia puede quererte de vuelta. Tus amigos -que viven allá- te dicen que la vida sigue y que si tienes que volver, no es un fracaso. Ya en este punto -cuando estás por alcanzar un año de haberte ido- estás hecho un lío.

Cuando me encontré agobiado por todos estos pensamientos, me di cuenta de que necesitaba una guía de algún tipo. En mi caso, consulté a un astrólogo en quien confío. (Por cierto, las consultas por Skype son un nuevo nicho de mercado). Tu puedes ir al psicólogo, a la iglesia, al gimnasio, pasear perros; lo que funcione para ti.

Algo que puedo confesarte es que jamás he pensado que emigrar haya sido un error. Eso lo he tenido muy claro. Necesitarás tener esa certeza para sacar fuerzas de donde no las tengas cuando esta etapa te mire directo a la cara todas las mañanas.

¿Te dio curiosidad saber lo que me dijo el astrólogo verdad? Fue positivo, reconfortante y realista. Eso me permitió marcar prioridades, no dejar que mi imaginación, la desesperación y el ocio me hicieran mucha cabeza.

Octava reflexión: El ocio es tu peor enemigo. Busca hacer algún voluntariado, tomar un curso gratuito, aprender un idioma nuevo. Quedarse en casa será necesario para ahorrar, pero no lo hagas una costumbre

6.  HAGAMOS LAS PASES (NEGOCIACIÓN)

Luego de encontrarle un poco de sentido a tu nueva vida, sabrás manejar mejor las etapas que aún siguen coexistiendo. Como te expliqué al principio, se pueden llegar a vivir simultáneamente.

La ayuda ha surtido efecto. Ya no te sientes tan débil emocionalmente y conoces cosas de la nueva cultura que te dan una visión más clara de lo que podrías hacer.

Si aún no has encontrado trabajo, piensas cambiar el que tienes, se acaba el Master que viniste a estudiar o esperas que pasen los años necesarios para estar legal; no te preocupes: «Dios aprieta pero no ahorca». He evidenciado en primera persona la veracidad de este dicho.

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Cuando crees que el mundo se ha olvidado de ti, suena el teléfono o recibes un email que te fortalece de algún modo. Lo importante es mantener la meta viva en la cabeza. Esto no significa que no puedas elegir otro camino para alcanzar el objetivo, existen muchos métodos y la crisis del cambio te llevará a considerarlos.

Empezar de cero cuando se tiene una mayoría de edad, un recorrido personal y profesional, hace de este proceso una terapia continua en la que cuestionas todo lo que creías, hacías y te motivaba.

Es por ello que la negociación juega un papel importante aquí. No tiene que ver con las concesiones que haces en una relación laboral, sino en la relación que tienes contigo mismo. Descubrirás que eres más fuerte de lo que creías y que tienes habilidades que puedes poner al servicio de tu nuevo camino.

Novena reflexión: Por cada 10 intentos, sólo dos tendrán resultados. Lo importante es nunca detenerse. Envía ese correo, haz esa llamada, ve a ese encuentro internacional. En el exterior debes ser «palo de agua». Alguien se interesará por ti eventualmente

7.  ¡ENHORABUENA! (ADAPTACIÓN)

Un día, caminando por la calle, alguien te pedirá una dirección. Lo guiarás y continuarás con tu camino. De pronto, te sorprenderás a ti mismo pensando que esta ciudad -que solía intimidarte con su dinamismo- ya te es familiar.

Sabes cómo evitar las zonas llenas de turistas, las estaciones de metro que te vienen mejor, el verdadero valor monetario de las cosas, el significado de la jerga nacional e incluso, comienzas a usar dichas palabras.

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Algo que recomiendo hacer para alcanzar esta etapa es caminar mucho y mantener la atención en todo. Observa. Absorbe información viendo cómo los demás desarrollan su cotidianidad. Los seres humanos podemos acostumbrarnos a las situaciones, incluso cuando están en nuestra contra.

Décima reflexión: Lo que caracteriza al ser humano es su capacidad para expandir sus propias limitaciones y tu no eres la excepción

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